Un hombre contrata a una sirvienta, sin darse cuenta de su bajo coeficiente intelectual.Le ofrece un contrato de sexo, y ella acepta, dejando en evidencia su naturaleza desinhibida.
Un hombre contrata a una sirvienta, sin darse cuenta de su bajo coeficiente intelectual.Le ofrece un contrato de sexo, y ella acepta, dejando en evidencia su naturaleza desinhibida.
Yo estaba en extrema necesidad de una criada para ordenar mi lugar y, tras lavarme por varias plataformas, me topé con una oferta intrigante.Una joven criada un poco poco poco inteligente, ansiosa de complacer, accedió a cumplir sus deberes -y más- a cambio de una generosa suma de dinero.Nada más llegar, no pude resistir las ganas de enseñarle algunas lecciones en el arte del placer.Tras una breve conversación, ambos acordamos una carrera de prueba, y en poco tiempo, ella estaba de rodillas, lista para complacerme de la manera más íntima posible.La vista de ella, llevándose con ansias mi miembro palpitante a su boca, no era nada menos que hipnotizante.Esta dulce e inocente chica no tenía idea del placer que estaba a punto de recibir, pero estaba más que dispuesta a aprender.Lo que siguió fue un revolcón salvaje y desenfrenado que nos dejó a ambos completamente satisfechos.
Bahasa Melayu | Português | עברית | Polski | Română | 汉语 | Русский | Français | Deutsch | Español | ह िन ्द ी | English | Türkçe | Svenska | Italiano | Bahasa Indonesia | Nederlands | Slovenščina | Slovenčina | Српски | Norsk | ภาษาไทย | 한국어 | 日本語 | Suomi | Dansk | Ελληνικά | Čeština | Magyar | Български | الع َر َب ِية.