Después de un relajante frotamiento hacia atrás, las manos de mi jefe vagaron, encendiendo un ardiente encuentro lésbico.Nuestra cita clandestina se transformó en una ferviente digitación, culminando en satisfacción mutua.
Después de un relajante frotamiento hacia atrás, las manos de mi jefe vagaron, encendiendo un ardiente encuentro lésbico.Nuestra cita clandestina se transformó en una ferviente digitación, culminando en satisfacción mutua.
Después de un largo y agotador día en la oficina, mi jefe, una impresionante belleza ébano, me invitó a un relajante masaje.Poco sabía, esto no era un masaje ordinario.Como sus hábiles manos trabajaban su magia en mi espalda, ella comenzó a explorar mis áreas sensibles, encendiendo una ardiente pasión entre nosotros.Incapaces de resistirnos, nos rendimos a nuestros deseos, nuestras manos ahondando en los pliegues íntimos de los demás, nuestros cuerpos se entrelazaron en un acalorado abrazo.La oficina, una vez un mundano lugar de trabajo, se había transformado en un reino de puro y sin adulterar placer.Nuestros gemidos resonaban en los pasillos vacíos, cada toque enviaba ondas de éxtasis a través de nuestros cuerpos.El clímax, un crescendo de placer, nos dejaba a ambos sin aliento y saciados.Este fue un encuentro secreto, un sabor tentador del prohibido.Un momento de pasión que siempre sería grabado en nuestros recuerdos.
Bahasa Melayu | Português | עברית | Polski | Română | 汉语 | Русский | Français | Deutsch | Español | ह िन ्द ी | English | Türkçe | Svenska | Italiano | Bahasa Indonesia | Nederlands | Slovenščina | Slovenčina | Српски | Norsk | ภาษาไทย | 한국어 | 日本語 | Suomi | Dansk | Ελληνικά | Čeština | Magyar | Български | الع َر َب ِية.